INTRODUCCIÓN
Fundado en 1931, el CN Catalunya celebrará su 90 aniversario este 2021. El repaso a la historia de nuestra entidad es, sin duda, un trayecto por la memoria de la ciudad de Barcelona desde la Segunda República hasta la actualidad, pasando por los períodos oscuros de la guerra Civil y la posguerra y finalmente por la restauración de la democracia.
Las circunstancias históricas han querido que se identifique el CN Catalunya con el barrio de Gracia, especialmente para la etapa en que nuestra instalación estaba ubicada en los Baños Populares de la Travessera de Gràcia. Pero el recorrido vital de la entidad ha caminado por otros barrios, como la Barceloneta o la Salud, donde está ubicado actualmente.
Decenas de miles de barceloneses y barcelonesas han aprendido a nadar y han mejorado su salud gracias a un Club que se ha convertido en referente internacional. Los éxitos en natación y waterpolo de nuestros deportistas han hecho que el CN Catalunya haya conseguido subir hasta lo más alto de podios olímpicos, mundialistas y europeos. Un hito limitado a muy pocas entidades de nuestro país.
Más allá del fomento del deporte y la salud, el CN Catalunya tiene entre sus valores y objetivos el convertirse en un centro de promoción social y cultural. Durante toda nuestra historia, hemos participado activamente en la vida de nuestros barrios, organizando actividades y jornadas que han acercado nuestros principios fundacionales a la ciudadanía.
Desde septiembre de 1972, el Club gestiona la instalación municipal de Pau Negre - Can Toda. Ubicada en el distrito de Gracia, cuenta con piscinas, gimnasio, salas de actividades dirigidas, pistas de pádel y frontón, solarium, zona de aguas y muchos más servicios dirigidos a sus socios y socias. Gracias a nuestros precios populares, el acceso a la práctica deportiva de la ciudadanía de los barrios cercanos es toda una realidad.
El gran reto del CN Catalunya de hoy es superar la actual etapa de dificultad económica para poder llegar con fortaleza a nuestro centenario. La continuidad de la entidad es fundamental para mantener la cohesión y el bienestar nuestros vecinos y vecinas y para salvaguardar la historia de uno de los Clubes deportivos más importantes de nuestro país.
PRIMERA ETAPA: 1931-1943 (Barceloneta)
Las ansias de libertad y democracia se extendían por todas partes con el nacimiento de la Segunda República española. La modernidad quería abrirse paso en nuestro país después de años de incertidumbre política y social, en el que la monarquía de Alfonso XIII se había ido debilitando y había perdido un amplio apoyo, especialmente en Madrid y Barcelona.
De ahí que el 14 de abril se acabara proclamando la Segunda República. Y justo una semana después, un grupo de jóvenes nadadores de Barcelona se reunieron en el bar Gran Metro de Via Laietana 21 con el objetivo de crear un nuevo club de natación en la Ciudad Condal.
Armand Domingo y Ferrer, Josep Maria Soler y Guasch, José Lebrero y Linares, Manuel San Miguel y Sánchez, Agustín Lebrero y Linares, Alfonso San Miguel y Sánchez, Amadeu Domingo y Ferrer, Salvador Sust y arenisca, Ricard Torruellas y Figueras y Juan de diez Martínez y Martínez, que habían sido socios del CN Barcelona y del Athletic y que formaban parte de la Peña Deportiva Olimpo, acabaron fundando el CN Catalunya. Armand Domingo fue el primer presidente de la entidad.
La primera prueba en la que compitieron los socios fundadores fue a los pocos días de la legalización del Club. Domingo, Buisán y Sust participaron en los relevos de los 3x100 en la piscina del CN Sabadell en las modalidades de braza, espalda y crol.
En una época en que la mayoría de la población no sabía nadar y en que las medidas higiénicas eran escasas, el fomento de la natación era fundamental para el bienestar de la ciudadanía. Pero la ciudad casi no disponía de piscinas cubiertas. De hecho, el único club que tenía era el CN Barcelona en el muelle. Los Baños Orientales, situados en la Barceloneta, se convertían en la única alternativa para el recién creado CN Cataluña.
Estos Baños habían inaugurado en 1872 y eran muy populares en aquella época. Disponían de una gran piscina circular, piscinas para hombres y mujeres y duchas. En ese espacio, empezaron a nadar los deportistas del Club y donde se estrenó la llamada 'sección infantil'. Los más destacados de aquellos inicios eran los Buisán, Guasch, Fontanals y Piernavieja. Bajo las directrices primero de Salvador Sust y después del entrenador Francisco Pros, comenzaron a competir llevando los colores del Club en las competiciones oficiales de la época.
El ritmo de altas de socios fue tan alto, que en el mes de julio del mismo año tuvieron que cerrar las inscripciones por haber llegado al límite de las plazas que podían ofrecer. Ese mismo verano, un numeroso grupo de nadadores participó en un festival a beneficio del CN Tarragona en la Piscina Municipal de Montjuïc. Fue la primera gran participación de la historia del Club en un evento deportivo.
Un año después de su fundación, en 1932, el Club alcanzó el éxito deportivo más destacado de aquella primera década. Sus nadadores superaron el Barceloneta Amateur Club en el mítico Trofeo Cucurull. Aquel hito situó por primera vez el CN Catalunya en el mapa de los clubes modestos de la natación catalana.
También en ese mismo 1932, el Club organizó por primera vez el campeonato de Cataluña de 400 metros en el mar libre en la playa de la sede social de la Barceloneta. El éxito organizativo tuvo un amplio eco en la prensa catalana de la época, lo que conllevó que siguiera organizando la prueba hasta el 1936, el año del inicio de la Guerra Civil.
Antes del inicio del conflicto, los deportistas del CN Catalunya habían seguido ampliando los horizontes de la entidad. En agosto de 1934, el Club organizó sus primeros desplazamientos internacionales para premiar a sus deportistas. Fue con los clubes Emulation Nautique de Toulouse y Narbona. Los resultados globales fueron muy positivos, destacando que el equipo de waterpolo se impuso al Toulouse por 8 a 0 y al Narbona por 3 a 2.
Ese mismo septiembre de 1934, y con motivo de la llegada al puerto de Barcelona, del barco Almirante Saldanha de la marina de guerra brasileña, se celebró una jornada de competición en la piscina de Montjuïc. Al buque había varios campeones de natación de Brasil y se aprovechó la ocasión para celebrar un encuentro de deportistas de ambos países. Aquel evento también llenó de noticias las secciones de deportes de los diarios catalanes.
Parecía que el futuro de la entidad era prometedor. El crecimiento en el número de socios había sido constante en aquellos primeros años de vida y la proyección del Club era realmente espectacular. Pero llegó en julio de 1936. La funesta fecha del golpe de estado militar que desembocó en el inicio de la guerra civil española supuso un descalabro para la entidad. De los 400 socios con los que contaba antes de la Guerra Civil, la cifra se redujo hasta los 25 una vez finalizado el conflicto.
Parte de los socios y directivos del CN Catalunya murieron en la guerra o se tuvieron que exiliarse en el extranjero. Este fue el caso por ejemplo del primer presidente de la entidad, Armand Domingo, que tuvo que huir a Francia por sus ideas políticas.
La situación de la entidad una vez finalizada la Guerra Civil era de extrema fragilidad. Su futuro pendía de un hilo y la desaparición era una de las posibilidades que había sobre la mesa. Además de las muertes y las personas exiliadas, la gran mayoría de socios se habían dado de baja y los deportistas habían dejado de practicar deporte.
Pero después de unos meses de grandes incertidumbres, los socios Pros, Carmona y Julián acordaron con los miembros de la junta directiva que una de las posibles soluciones para la viabilidad del Club podría pasar por convertirse en la sección de natación del Club de Fútbol Barcelona. Se iniciaron los contactos entre las dos entidades y en 1941 comenzó la colaboración que debería servir para ayudar a relanzar el CN Catalunya.
Aunque el posible potencial del acuerdo, convertirse en la sección de natación del Barça no terminó siendo el revulsivo que salvaría la entidad. Lo fue el inicio de las conversaciones con la empresa Baños Populares de Barcelona en 1942. El objetivo era poder iniciar las actividades del Club en una de las sedes, lo que acabaría llegando en 1943.
SEGUNDA ETAPA: 1943-1969 (Gracia)
La posguerra fue una época de máxima precariedad económica, represión política y social y de carencias higiénicas y sanitarias entre la población. Aquel fue un período de escasez de vivienda, en parte por la elevada inmigración que llegó a la Ciudad Condal desde diferentes puntos de España. La gran mayoría de pisos no disponían de aseos o duchas, por lo que las autoridades presionaron la empresa Aguas de Barcelona para que creara una sociedad de baños públicos. Así nació la empresa 'Baños Populares S.A.'.
Esta empresa tenía como objetivo cubrir un déficit sanitario de la ciudad. Gran parte de la población apenas se bañaba en un barreño una vez por semana. Construir unos baños públicos en el centro de uno de los barrios más populares de la ciudad con bañeras, duchas, baños de vapor y piscina estaba considerado como una obra social de la compañía.
Los primeros Baños Populares de Barcelona se inauguró el 21 de noviembre de 1941 en la Ronda de Sant Pau. Los de Travessera de Gracia fueron los terceros en abrir en Barcelona. En 1943 le fue concedida la gestión en el CN Catalunya.
La fecha tan esperada llegó. El 30 de octubre de 1945 se inauguró la piscina cubierta de los Baños Populares de Gracia. Aquel fue el inicio de una etapa dorada para el Club: la supervivencia de la entidad estaba garantizada. Por fin el CN Catalunya disponía de unas instalaciones que podía manejar y que contaban con una sede social propia.
Situadas en el corazón del barrio, comenzó la plena identificación del Club con Gracia. Reconocimiento que aún se mantiene hoy en día. Para el propio barrio también suponía la incorporación de una instalación deportiva que acontecía también centro cultural y asociativo en el centro del distrito.
Los Baños Populares de Travessera de Gracia tenían una piscina cubierta de 25 x 12 metros. Era la segunda que se construía en Barcelona, después de la del CN Barcelona del Rompeolas. La piscina tenía una profundidad de 1,5 metros en un lado y de 3 metros en la parte más honda. En esta parte había una palanca para los saltadores de trampolín, disciplina que se empezó a practicar en el Club en aquellos años.
Los socios y deportistas del Club podían hacer uso de las instalaciones durante todo el día, pero tenían que compartir los espacios con el resto de usuarios que también podían entrar pagando una entrada. En la franja de 7 de la tarde hasta las 10 de la noche, los socios y deportistas sí utilizaban la instalación en exclusiva.
Aquella piscina se convirtió en el alma deportiva del Club. Allí se desarrollaban los cursos de natación para adultos y niños, además de los entrenamientos de las secciones de natación y waterpolo. Como se trataba de una de las pocas piscinas cubiertas de Barcelona, su actividad deportiva era constante.
De hecho, como que el CN Catalunya era el usufructuario de la instalación quería rentabilizar y dinamizar al máximo el alquiler del espacio. Este también fue uno de los motivos por los que se potenció al máximo la divulgación de la natación y el resto de disciplinas acuáticas que se practicaban en aquella época.
Una de las actividades habituales que se celebraban eran las jornadas interclubes, en el que deportistas de otras entidades de la ciudad y del resto de Cataluña competían en esta nueva piscina de los Baños Populares. También se celebraban trofeos durante los meses de invierno, hecho inusual en aquella época. Muchos de aquellos acontecimientos se celebraban los sábados por la noche, en formato de festival, y que permitían conseguir recursos económicos a través de las donaciones de los asistentes.
Los Baños Populares también contaban con un bar, una barbería para hombres, una peluquería para mujeres, un servicio de limpieza-zapatos y una secretaría del Club. Era, sin duda, un centro de la vida social de Gracia.
En aquellos primeros años en el barrio, el ambiente en el CN Catalunya era realmente positivo. Contar con unas instalaciones donde poder entrenar con regularidad permitía mirar hacia el futuro con optimismo y buenas perspectivas. En este sentido, el Club quiso dar un salto adelante en su vertiente deportiva y decidió contratar el sevillano José Pinillo, reconocido ex nadador olímpico y en ese momento entrenador de renombre, para dirigir los nadadores del Club. Los frutos de aquella contratación no tardaron en recogerse, con el auge de deportistas destacados como Pedro Casóliba, Antonio Pons, Fontanals o Torrents.
Fue en aquella época cuando el Club organizó el Campeonato de Natación de Gracia dirigido a nadadores no federados. Los ganadores de las pruebas conseguían la exención de las cuotas del Club durante un año. El objetivo era fomentar la natación entre los ciudadanos gracienses. Aquel concurso tuvo un gran éxito de participación durante los años en que se celebró. También tenían una gran acogida los cursos infantiles de natación que eran completamente gratis durante tres meses.
Además de la piscina, uno de los retos que tenía el Club era poder disponer de un gimnasio. El reto no era sencillo, ya que en aquella época no era nada habitual que una entidad tuviera piscina y gimnasio. Pero después de muchos esfuerzos, la entidad pudo inaugurar uno. Aquel hito situó el CN Catalunya entre los más potentes del país, de ahí que la Federación Catalana de Natación le entregara la Medalla de oro al Mérito Deportivo.
En waterpolo, el CN Catalunya se proclamó campeón catalán de segunda categoría A sin conocer la derrota en 1944. Un nuevo paso en la consolidación deportiva de la sección. Sin estar al nivel de los clubes punteros CN Barcelona y Barceloneta, los resultados iban llegando. En el año 1949 el primer equipo masculino ascendió a la máxima categoría del Campeonato de Cataluña. Y ya en 1955, el CN Catalunya se proclamó campeón de España de segunda categoría en Cádiz. En la Primera Categoría, logró el subcampeonato los años 1958 y 1969.
Las mujeres también eran protagonistas en aquella época. Especialmente relevantes fueron los resultados conseguidos por Amparo Badosa, Pilar Rodrigálvarez, Isabel Piñon y Margarita Meya que consiguieron varios campeonatos de Cataluña y de España en saltos de trampolín y palanca desde las décadas de los años 40 hasta los 60. En categoría masculina, el saltador más destacado de la época fue en Pedro Prades, campeón de Cataluña y de España en varias ocasiones.
En 1956, el CN Catalunya celebra su 25 aniversario con una serie de actos muy novedosos en el panorama de los clubes de natación del país: festivales interclubes, infantiles de natación y de ballet acuático (el actual natación artística), una cena conmemorativa, una audición de sardanas, teatro y concierto coral, la bendición de la bandera del Club en la iglesia de Santa Ana y una excursión a Montserrat.
La implicación con el barrio de Gracia era total. Durante la Fiesta Mayor del mes de agosto, además, el Club organizaba el Campeonato Vila de Gracia, que estaba abierto a todos los vecinos y vecinas del distrito aunque no fueran nadadores federados.
En ese momento, el Club disponía de secciones de natación, waterpolo y saltos de trampolín, pero se fomentaban más deportes, como el "balonvolea" (la actual voleibol) o la participación en la carrera atlética Jean Bouin. También se incorporó el ballet acuático, aunque tuvo un recorrido breve a la entidad. Con todo, en ese momento había más de 1.000 socios y muchos de los escolares del barrio estaban aprendiendo a nadar gracias a los cursos de natación impartidos por la entidad. Poco a poco, el CN Catalunya se consolidaba en el panorama acuático catalán.
Aquel crecimiento y consolidación del Club se vieron cortados abruptamente en 1969. El contrato de uso de los Baños Populares finalizó en junio de aquel año y la propia instalación dejaría de tener su uso para convertirse en la discoteca Trocadero. Comenzaba de nuevo una época de incertidumbre para el CN Catalunya.
TERCERA ETAPA: 1969-1972 (Torrent de Can Vidalet)
Tras la salida traumática de Travessera de Gracia, el Club se quedó sin instalación propia. Hubo que trasladar a un local social situado en unos bajos del Torrent d'en Vidalet, que disponían de la secretaría, una sala de estar y de reuniones, así como un patio con una mesa de ping-pong. Era un espacio social, pero que no disponía de ninguna instalación para hacer deporte.
La situación del CN Catalunya era realmente delicada. El descenso de socios, quedándose en unos 400, y la falta de piscina donde entrenar ponían en peligro el futuro de la entidad. Gracias a la fidelidad de aquellos socios se pudieron sufragar los gastos de los entrenamientos y desplazamientos de los nadadores y waterpolistas del Club en la piscina Sant Jordi en invierno y en la piscina municipal de Montjuic en verano.
La situación, sin embargo, era muy precaria para los deportistas del Club. Los entrenamientos en la piscina Sant Jordi eran en un único carril que, en muchas ocasiones, se había de compartir con otros clubes. Durante ese periodo, además, no se podían formar nuevos nadadores, ya que el uso de la Sant Jordi era exclusivamente para los deportistas consolidados.
Durante ese período de incertidumbre, el Ayuntamiento de Barcelona cedió un espacio que estaba en desuso en el Paseo Marítimo, a la altura del Hospital del Mar. El Club pudo instalar unas duchas, vestuarios y un guardarropa, obras que financiaron los socios con aportaciones voluntarias. Además, había espacio suficiente para la utilización como hangar para guardar las embarcaciones de vela de los socios que, además, permitió que el Club incorporara la actividad de vela. Aquellas instalaciones se mantuvieron operativas hasta los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
El CN Cataluña era consciente de que sin instalación propia tenía poco futuro. Desde el momento de la salida de Travessera de Gracia, la junta directiva emprendió una incansable lucha para conseguir que el Ayuntamiento de Barcelona construya una piscina en el distrito de Gracia que se convirtiera en una nueva sede estable para su proyecto deportivo y social.
Fueron tres años de reuniones, campañas de prensa, decepciones y de varias posibles sedes que terminaron frustrándose. Las ubicaciones descartadas fueron en las antiguas cocheras del tranvía de Gracia, en la plaza Joanic (que era la ubicación preferida por los directivos de la época), en los Tres Turons y el Putxet. Pero finalmente, el emplazamiento escogido fue en la calle Ramiro de Maeztu, junto a la antigua Masía de Can Toda, en el barrio de la Salud y muy cerca del Carmelo.
Se trataba de una antigua casa de campo que ocupaba el espacio entre la Riera de Can Toda y que bajaba hasta casi la calle de la Virgen de la Salud. Edificada en el siglo XVIII, Can Toda entró en desuso en la década de los años 40 del siglo pasado, cuando se desmantelaron la casa y sus tierras. Hacia la década de 1960 el edificio se encontraba en ruinas y las tierras dañadas, con matorrales que habían crecido descuidadamente y que hacían imposible la entrada al entorno. El suelo fue recalificado y urbanizado.
Las obras, que tenían un coste de 10 millones de pesetas, comenzaron para convertir aquellos terrenos en una instalación deportiva municipal. Después de infinidad de reuniones y negociaciones, el Ayuntamiento de Barcelona acabó cediendo la gestión de Paz Negro - Can Toda el CN Catalunya. Comenzaba una nueva etapa que se acabaría convirtiendo en la más exitosa de la historia de la entidad.
CUARTA ETAPA: 1972 - Actualidad (Pau Negre - Can Toda)
Las nuevas instalaciones de Pau Negre - Can Toda se inauguró en septiembre de 1972 con una prueba abierta de natación para todos los socios y vecinos de Gracia. En ese momento, la instalación disponía de una piscina descubierta de 25 x 16 metros con vestuarios y servicios, así como una pista de frontón.
La concesión del Ayuntamiento de Barcelona para la gestión de Paz Negro comenzó oficialmente el 1 de octubre de 1972. Desde ese momento, el Club fue cogiendo aire de nuevo, con un incremento constante de socios. Con el paso de los años, la instalación fue incorporando ampliaciones y modificaciones de sus espacios para modernizarse.
La puesta en marcha de la actividad deportiva y social del Club no fue tan rápida como muchos esperaban. El Club debía modernizar y actualizar los sistemas administrativos para poner en marcha las secciones deportivas. En los primeros años de la llegada a la nueva instalación, la estructura del CN Catalunya era escasa y se tuvo que priorizar la captación de socios para rentabilizar la concesión de Can Toda. Con el paso del tiempo, sin embargo, la masa social se fue incrementando, hasta los 4.000 asociados en 1975.
A pesar de haber desplazado la instalación del centro de Gracia en el barrio de la Salud, el CN Catalunya seguía muy vinculado a la sociedad gracienca. Una buena muestra es el estreno de la primera Fiesta de la Natación en Gracia celebrada durante la Fiesta Mayor de 1979 y abierta a todos los vecinos y vecinas del distrito.
De entre los hitos más destacados de la época se encuentran la celebración del 50 aniversario en 1981, con la celebración de los Campeonatos de España de natación de invierno.
Pero las instalaciones estaban quedando obsoletas por el gran volumen de socios que iban llegando. A principios de los años 80, el Club tenía unas 300.000 entradas anuales entre el uso de los socios, los cursillos de natación y el público general. De ahí que la junta directiva de la época, presidida por Ramón Geli, pusiera en marcha una nueva reivindicación: la ampliación de las instalaciones de Pau Negre - Can Toda.
Aprovechando los terrenos anexos, que también eran propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, se podría construir una nueva piscina que se cubriera en invierno, así como un nuevo local social y la mejora de los vestuarios. Finalmente, en marzo de 1987 se inauguraron la ansiada piscina de 25 x 16 metros, nuevos servicios y un bar. El alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, asistió al acto inaugural de una gran obra que estuvo financiada por el propio consistorio, la Diputación de Barcelona, la Generalitat de Cataluña y el propio Club.
El salto cualitativo en los resultados deportivos del CN Catalunya llegó precisamente en esta década de los 80. En waterpolo, las metas son realmente espectaculares. Desde 1986 (año de la primera participación europea) hasta el 1996, el primer equipo masculino ganó 7 Ligas Nacionales, 6 Copas del Rey y los títulos de la Recopa de Europa en 1992, la Copa de Europa en 1995 y las dos Supercopas europeas de los años 1992 y 1995. Además, se colgó la medalla de plata en las Copas de Europa de los años 1986 y 1994. El conjunto absoluto femenino, por su parte, ganó las Ligas Nacionales de los años 1989 y 1991 y participó en competiciones europeas.
La era dorada del Club en waterpolo llevó a que las selecciones españolas de la época convocaran algunos de nuestros jugadores para participar en las grandes competiciones internacionales. El primero en estrenarse fue Jordi Neira, que estuvo en la cita olímpica de Los Ángeles de 1984. En Seúl, se sumaron a Neira los Jesús Rollán, Jose Antonio Rodríguez y Pedro García.
La memorable plata de los Juegos de Barcelona 92 tuvo protagonismo del CN Catalunya con Jesús Rollán, Manel Estiarte, Josep Picó y Sergi Pedrerol. Y el oro de Atlanta'96 los representantes del Club fueron en Jesús Rollán, José María Abarca, en Pedro García, Sergi Pedrerol y Jordi Payá. Rollán y Pedrerol fueron los jugadores que participaron en los Juegos de Sydney del año 2000. Los grandes éxitos del waterpolo español tuvieron como columna vertebral los jugadores del Club.
En natación, los resultados fueron también brillantes. Las cifras globales de la sección son realmente espectaculares: 127 campeones de Cataluña de natación absolutos (61 hombres y 66 mujeres) y 84 campeones de España de natación absolutos (27 hombres y 52 mujeres) y con numerosos nadadores y nadadoras olímpicos. En los Juegos de Seúl de 1988 participó Marisa Fernández, en Barcelona 92 la misma Marisa Fernández y Rocío Ruiz, en Atlanta 1996 Marc Capdevila, Ivette Maria, Sílvia Parera y Susana Garabatos, a Sydney 2000 Ivette María y en Atenas 2004 Tatiana Rouba.
La vitalidad del deporte del Club también se demostró con el crecimiento del atletismo que nació en la época de Pablo Negro - Can Toda. La sección organizó varias pruebas, culminando con la organización, a petición del Ayuntamiento de Barcelona, de la Media Maratón Ciudad de Barcelona.
También surgió la sección de triatlón, que destacaba por la fuerte participación de los socios y que organizó la competición internacional Triatlón Ciudad de Barcelona por encargo del ayuntamiento de la ciudad. Con el paso de los años y en consecuencia de la profesionalización de estos dos grandes eventos, el consistorio acabó traspasando la organización de las pruebas.
A nivel social, el CN Catalunya continuó implementando diversos actos para fomentar el calor entre los socios y socias. Uno de los más importantes es el Día del Socio, una fiesta anual que incluye diversas actividades deportivas, y que se celebra desde hace más de 40 años. Además, se organizan regularmente fiestas infantiles, la escuela de catalán, campeonatos sociales de frontón y squash, así como las entregas de insignias de oro y plata a los socios que llevan 50 y 25 años formando parte del Club.
Durante los años previos a los Juegos Olímpicos hubo una gran efervescencia deportiva entre la ciudadanía barcelonesa. Las autoridades, además, hicieron una gran apuesta por invertir en deporte, tanto en infraestructuras como en ayudas para promocionar el deporte profesional. Fue el caso del plan ADO. Pero la llegada de la cita olímpica también significó un cambio radical en el urbanismo de la ciudad. Para las grandes reformas de la fachada marítima, el Club perdió la gestión de las instalaciones de la playa de la Barceloneta, que posteriormente volvería a recuperar.
Durante las décadas de los años 80 y 90 hubo un crecimiento constante en el número de socios del Club, llegando a tener más de 5.000 asociados. Ya en el año 2000, el Ayuntamiento de Barcelona amplió la concesión de la gestión del CN Catalunya de Paz Negro - Can Toda hasta el 2024. Pero con el inicio del nuevo milenio también llegaron nuevas dificultades que afectarían de lleno el futuro de la entidad.
El incremento de la competencia en centros deportivos privados y municipales en la ciudad de Barcelona comenzó a afectar a los clubes de natación que durante décadas habían sido los referentes deportivos y sociales de los barrios. Este hecho supuso un lógico descenso en el número de socios, una situación general en todos los clubes de natación del país.
Pero el año en que el camino del CN Catalunya se volvió a torcer fue en 2004. Debido al deterioro de Can Toda y la caída del techo de la piscina, la instalación hubo de cerrar parcialmente. Aquel fue un golpe muy duro para la entidad, que se volvió a situar en el alambre después de décadas de éxitos deportivos y sociales. El equipo de waterpolo tuvo que renunciar a jugar en la División de Honor y el resto de equipos y secciones se tuvieron que ajustar el cinturón para hacer frente a años muy duros.
El 75 aniversario del Club que se celebraba en 2006 no pudo ser una gran fiesta y los actos fueron realmente modestos.
En el año 2007 comenzaron las obras de remodelación y ampliación integral de las instalaciones de Pau Negre - Can Toda. Además de una reforma integral y modernización de todos los espacios, el centro terminó incorporando una nueva zona de aguas, la ampliación del gimnasio, un local social más grande y un nuevo bar.
Aquel debía ser un buen momento para tomar aire y volver a impulsar el Club. Y en parte lo fue. Pero la fuerte crisis económica que comenzó en 2008 y que se prolongó durante los siguientes años impidió que la entidad diera el salto deseado. Con todo, el CN Catalunya no ha dejado de implementar novedades en sus servicios e instalaciones.
Las exigencias del mercado deportivo son cada vez mayores, de ahí que las nuevas clases de actividades dirigidas o la construcción de dos pistas de pádel en la entrada de la instalación fueran muy importantes para atraer nuevos socios; una de las claves en el futuro de todas las entidades deportivas.
La oferta deportiva y social del CN Catalunya en la actualidad es realmente notable; con cursos de natación para unos 2.000 niños de los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó, actividades deportivas para las personas mayores, clases dirigidas para todas las franjas de edad y secciones deportivas de natación y waterpolo, con cerca de 200 deportistas federados .
A pesar de las dificultades, el CN Catalunya sigue vivo en este camino hacia los 90 años de historia. Un recorrido lleno de alegrías y decepciones, de victorias y de derrotas. El futuro de esta entidad llena de historia está ligada al futuro del barrio y la ciudad de Barcelona. Un futuro que tiene como gran reto el centenario de 2031 al que llegaremos gracias al esfuerzo y la colaboración de todos y todas.