Siempre hemos oído que la actividad física conlleva múltiples beneficios físicos y psicológicos. Muchos lo experimentamos con nuestras propias sensaciones y la obtención de resultados. Pero realmente, cómo afecta el hábito de hacer deporte en nuestra autoestima? Pues de una manera sorprendente!
- Ganamos confianza en nosotros mismos: Como el deporte conlleva la consecución de los retos que nos proponemos, por muy pequeños que sean, intrínsecamente nos motiva y nos empuje a alcanzar retos en la vida. Aparte de convertirnos en personas más ambiciosas y motivadoras, nos aporta una confianza personal envidiable.
- Aumenta la capacidad de socializarnos: la actividad física nos regala circunstancias diferentes en las que a veces hablamos con otros aficionados al deporte de una manera más cercana. Inconscientemente la práctica deportiva nos aporta la capacidad para relacionarnos abiertamente en otros ámbitos de la vida.
- Desprendemos energía positiva: gracias a las hormonas de la felicidad creadas durante el entrenamiento, somos personas que desprendemos ganas, empuje y mucha energía. Este es un don muy envidiable, ya que nos convierte en personas optimistas y motivadoras.
Valora estas cualidades: te hacen vivir de una manera diferente, a convertir los problemas en retos y vivir apasionadamente cada capítulo de tu propia historia.