Los hábitos de vida saludables han demostrado ser el factor más relevante a la hora de predecir cual va a ser nuestra calidad de vida y bienestar.
Son muchas las cosas que podemos hacer por estar mejor: hacer deporte, comer sano, vivir tranquilo, dormir bien, no fumar, cuidar nuestro entorno, lavarse los dientes, ponerse crema solar, estar en contacto con la naturaleza… Cada vez nos enfrentamos a más decisiones y más complejas sobre nuestra salud. Por este motivo es importante disponer de herramientas para tomar las mejores decisiones, ya que tendrán un gran impacto en nuestra vida.
En la mayoría de casos nos encontramos en lo que se conoce como situación de ambivalencia, es decir, tenemos a la vez el deseo de emprender cambios positivos, pero a la vez tenemos razones para no cambiar. Cuando esta situación se cronifica acaba generando frustración y sensación de incapacidad, a la vez que impide que emprendamos un cambio que mejoraría nuestra vida y la de nuestros seres queridos
Las situaciones de ambivalencia se acostumbran a cronificar por errores en su abordaje más que por la llamada “falta de fuerza de voluntad”.
El abordaje que trabaja con la ambivalencia para generar cambios positivos se llama abordaje motivacional, y fue diseñado por William R. Miller i Stephen Rollnick para el tratamiento de pacientes con trastornos adictivos. Actualmente se usa en muchos ámbitos, desde técnicas de venta, a coaching en comunicación asertiva.
Algunos consejos básicos para mejorar la gestión de nuestra motivación y probabilidades de emprender cambios positivos para nuestra salud son:
1. Marcarse objetivos modestos, que permitan un éxito relativamente fácil y asegurado. Cambiar de hábitos, es una carrera de fondo y más vale que sea agradable y positiva.
2. No confundir los objetivos modestos con las grandes metas. Soñemos en imágenes inspiradoras hacia dónde queremos llegar en cuanto a la salud y bienestar para que nos motiven en los momentos difíciles.
3. Cambiar el discurso interior. Cómo nos hablamos condiciona nuestro ánimo y el ánimo es esencial para poder emprender cambios positivos.
4. Hacer un plan a largo plazo y llevar un registro de progresos. Así permaneceremos motivados y conscientes de lo que hemos logrado.
5. Cambiar no debe suponer grandes esfuerzos o renuncias. No siempre seremos capaces de ello. Cambiar debe suponer modificar nuestro entorno para facilitar el nuevo hábito.
Dra Clara Gonzàlez Oliva, socia núm 880